Moderna de Pueblo: 'Todos somos machistas, no tendría que ser grave reconocerlo'

Hablamos sobre machismo con la ilustradora por detrás de Moderna de Pueblo, la catalana Raquel Córcoles. 

Seguramente te hayas reído o te hayan escocido alguna vez las ilustraciones sin tapujos de Moderna de Pueblo. Detrás de ellas está Raquel Córcoles, una publicista e ilustradora nacida en Reus hace 31 inviernos y que se ha venido a Código Nuevo a hablar del Moderna de Pueblo e ‘idiotización’ que retrata en su recién publicado libro Moderna de Pueblo. Una sátira de los mensajes sexistas que nos hemos tragado las mujeres desde pequeñas.    

El alter ego de Raquel, su 'personaja' Moderna de Pueblo, nació en 2010 cuando se mudó de Tarragona a Madrid para acabar sus estudios. Entonces, aspiraba representar el día a día de esa moderna que pide desconexión en la naturaleza, pero que al cabo de unos días empieza a pensar "por favor, contaminación ya". Ahora es un proyecto empoderador que lleva junto a Carlos Carrero, y que no deja de crecer aunque a estas alturas acumule más de 620.000 seguidores.

¿Cómo ha llegado hasta aquí Moderna de Pueblo?

Hace siete años creé mi página de Facebook para presentarme a un concurso y poder publicar un cómic. Al cabo de un mes ya estaba más a tope en redes que concentrada en el libro, porque vi como gente que no conocía de nada estaba compartiendo mis publicaciones. Luego estuve publicando en El Jueves, pero nunca me acabé de sentir cómoda porque parte del público era muy hater y mi humor no les encajaba. Había bastante machismo, se dibujaban sobre todo personajes femeninos con mucha teta y hechos por hombres. En esa época no lo veía ni raro, lo tenía normalizado, porque El Jueves suena como a algo "de hombres" y es como que "mola más".

A veces sentimos como si ser tío fuese preferible...

Es que muchas feministas empiezan viendo algo raro o malo en su género con lo que no se identifican. No quieren pertenecer a ello, así que les salen frases como "yo no soy como las otras chicas" o "todos mis amigos son tíos", y dan a entender que "soy tan lista, que voy con tíos". A mi me pasó, pero diciendo eso no estás siendo feminista, hasta que le das la vuelta y te das cuenta de que te han hecho creer que tu género está mal. Cuando empecé a colaborar con Cuore me sentí mucho más cómoda, me encantaba porque era totalmente body positive. Aunque ahora parezca que se ha quedado atrás, esa revista fue uno de los primeros pasos para la aceptación de nuestros cuerpos, porque nos hizo ver que no éramos unas patatas con celulitis: que las famosas también tenían. Y que todas somos Diosas, pero Diosas terrenales.

Y si pudieras hablar con tu yo del 2010, ¿qué le dirías?

Que no me preocupase, que ya aprendería a dibujar ríe. Pero, a parte de eso, en mentalidad creo que he hecho un proceso natural, que está bien. Eso sí, quizás a mi ‘yo’ de entonces le daría Idiotizadas, y le diría: ¡Toma, lee!

¿Por qué nos idiotizan los cuentos de hadas?

Creo que nos idiotiza todo, desde los medios hasta los cuentos de princesas. Pero los de Disney me daban juego para contar cómo hemos sido engañadas, analizar qué nos han vendido. No hay nada malo en tener idealizado un cuento si eres consciente de lo que es y de lo que no es. Tiramos de tópicos príncipe azul, amor romántico,... porque nos lo han contado mil veces, pero si te paras a pensar, no se corresponden con la realidad.

¿Qué problema hay con la idea del amor romántico?

En cualquier película catalogada como "de chicas", el objetivo y el fin es encontrar el amor. Yo te reconozco que antes me pinchaba ideas románticas en vena, y superaba los dramas a base de comedias románticas. Pero más adelante he visto que el amor lo encuentras cuando tu vida ya tiene sentido, y no para darle sentido. Luego parece que ahí ha acabado todo y seréis felices en vuestra burbuja, pero tienes que encajar mil cosas, y si tienes que dejarlo todo por esa persona, mal vamos. Los finales felices son aburridísimos, te ponen ‘The End’ porque no hay nada más que contar: boda, hijos, y ya. A mí me molan los giros inesperados. El hecho de que se suponga que casarse te traiga paz y tranquilidad, me da ansiedad. 

‘Zorricienta’, ‘la Sirenita pescada’ y ‘Gordinieves’ se basan en pelis de Disney, pero no podemos culparlo de todo el machismo, ¿no?

Claro que no, de hecho Disney retrataba simplemente cómo percibíamos el mundo en ese momento. Por eso a nadie le chirriaba. A mí, aunque siempre he dicho que soy feminista, también me culpan por alguna viñeta machista de Los capullos no regalan flores 2013, pero en ese momento yo tenía otra mentalidad. Es como cuando oigo que Los capullos no regalan flores es machista: sus viñetas han quedado desfasadas, pero en su momento fue igual de liberadora que Sexo en Nueva York. Ahora puede tener algo que digas "Uy, esto es muy tópico", pero eso no quita que cuando se hizo tuviese un papel empoderador.

 

Hace poco sacaste una publicación denunciando tus propias viñetas machistas. ¿Por qué es importante reconocer que uno ha sido machista antes?

Porque hay una tendencia generalizada a no querer reconocerse machista, y es estúpido, porque lo somos todos. Entonces algunos hombres se sienten atacados y salen con lo de #Notallmen, se defienden a toda costa para que no recaiga sobre ellos la palabra machista. Y dices, "a ver, es que no os estáis enterando, no es que os acuse de ser machistas, es que yo también lo soy". Pero quien tiene más ganas de cambiarlo y de desaprender, de deconstruir lo que nos han ido imponiendo, somos nosotras. No veo bien decir que “las mujeres son las más machistas”, porque no, es más chocante cuando lo somos nosotras, pero no lo somos más. 

Entonces, ¿qué podemos hacer para que esto se entienda por tod@s?

Todo el mundo tiene que decir “soy machista”, no debería ser tan grave auto-denominarnos así. Por ejemplo, en la última película de Álex de la Iglesia, Perfectos desconocidos, me ha parecido machista porque reproduce muchos tópicos: las mujeres amargadas, los hombres infieles... Pero ey, no pasa nada, Álex, puedes reconocer que has pecado un poco de machista, hablémoslo con más naturalidad. Que se pierda el miedo a decirlo y avancemos un poco juntos. También es verdad que podríamos adquirir otro tono al acusar, decir "¿no te parece que es un poco machista?" en lugar de decir "¡machista, me das asco!".

¿Tú misma sigues teniendo resquicios de machismo?

Claro, ¡resquicios y no resquicios! Cuando tienes voluntad de no serlo, primero te viene el pensamiento machista, y tú, 'dzzzz' [sonido de electrocución] lo frenas. Es la forma de cambiarlo. Yo detecto mis machismos, pienso "¿por qué acabo de juzgar a esta mujer por esto?", "vale, porque me han enseñado a hacerlo, mi primer instinto es juzgarla o culpabilizarla a ella". Pensamiento reconocido, pensamiento eliminado. Cada vez me pongo más filtros, algunos lo llamarán auto-censura, pero a la larga, al dejar de decirlo, dejas de pensarlo. ¡Y funciona! Si no lo hacemos, nuestros pensamientos machistas ponen el piloto automático.

Una de tus viñetas habla sobre "desaprender" estereotipos. ¿Qué has desaprendido tú?

¿Qué son los comentarios ‘portu’?

Son lo que vienen con un “te lo digo por tu bien”. Normalmente cuando se le hacen a una mujer van referidos a cuidarse más, estar guapa, encajar en el cánon perfecto,... Yo misma he hecho estos comentarios. Tengo en mente dibujar una viñeta en la que estoy delante de una chica de 20 años y ella piensa de mi "esta chica, si se arreglara, sería guapa" y yo pienso de ella "qué pereza ir así de arreglada". En general, a cualquier comentario 'portu', puedes contestar: "Y por tu bien, mejor que te calles". 

 

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