Las granjas africanas que engordan a niñas hasta la obesidad para encontrarles marido

Según explica un reportaje de la BBC, en algunos países del norte de África todavía existen sitios en los que se practica el leblouh, una costumbre en la que niñas son engordadas hasta el máximo para que encuentren un buen marido 
Twitter

Ya desde el Paleolítico, con las famosas Venus de Willendorf o Laussel, el sobrepeso en el cuerpo de la mujer fue asociado a la fertilidad. Aunque esta visión hace mucho tiempo que fue superada en el mundo occidental, llegando incluso al extremo opuesto con la moda de la ultradelgadez desde finales de los ochenta, en algunas regiones de África el culto a la obesidad femenina continúa vigente. En países del norte del continente como Argelia, Burkina Faso, Níger, Mali o Mauritania, el sobrepeso femenino extremo sigue siendo observado como un símbolo de belleza, buena salud, fertilidad e, incluso, status social. 

Es por ello que muchos padres practican el leblouh, una costumbre ancestral que consiste en alimentar forzosamente a sus hijas desde los 5 años de edad hasta que alcancen pesos de 100 o 150 kilos. El objetivo es convertirlas en mujeres más atractivas para que encuentren un buen marido y con ello mejorar la consideración social de toda la familia ya que, si las hijas no son lo suficientemente voluminosas, se corre el riesgo de que se considere a la familia como pobre o, peor aún, que las hijas tengan alguna enfermedad como el VIH. De hecho, algunos insultos que suele dedicarse a las mujeres flacas son “carne seca”, “pila de huesos” o “nalgas pequeñas”. 

Debido al estigma social que comporta la delgadez en estos países, existen familias que llegan a enviar a sus hijas a granjas para engordar. En una entrevista con la BBC, Fatematou, una mujer de Mauritania, explicaba el funcionamiento del lugar que ella dirigía y en el que aseguraba que podía hacer engordar a una niña en torno a 10 a 20 kilos en tan solo dos meses. "Les hago comer muchos dátiles, mucho cuscús y otros alimentos que engordan. Las hago comer, comer y comer. Y luego beber mucha, mucha agua”, explicó. Por su parte, las familias más pudientes contratan a mujeres que se encargan específicamente de engordar a sus hijas obligándolas a comer. 

Como detalla a la BBC, Dedeou Gassamba, una estudiante de periodismo en Mali de 21 años, la práctica del leblouh está estrechamente ligada al hecho de que África occidental tenga las tasas de matrimonio infantil más altas del mundo llegando a niveles del 55% de niñas casadas antes de los 18 años en su país natal. Según ella, es fácil conseguir que una niña de 8 o 10 años aparente mayor edad si se consigue aumentar su peso. Esto explica que la práctica del leblouh comience a la temprana edad de 5 años. En los casos en los que no se consigue engordar lo suficiente se argumenta que la niña acabará de coger peso cuando tenga su primer o segundo hijo. 

Por desgracia para miles de niñas como Dedeou, que si bien nunca fue obligada a comer por sus padres sí sintió el desprecio de la comunidad por encontrarla demasiado delgada, mientras algunos países como Mauritania ya realizan algunos avances y la práctica del leblouh comienza a decaer, en Mali la costumbre continúa fuertemente arraigada. "No conozco a nadie en Malí que esté luchando por la abolición de esta práctica, por lo que hasta ahora, las autoridades no han hecho de la alimentación forzada un tema muy grave”, concluye la estudiante que aprovecha todo su tiempo para denunciar una práctica invisible para el resto del mundo pero que está provocando el sufrimiento a miles de niñas en su continente. 

Preferencias de privacidad