Por qué cada vez hay más gente que prefiere masturbarse al sexo en pareja

La experta Núria Jorba considera que es un autoengaño para no afrontar los miedos
Gorsad Kiev

Sábado por la noche, en el portátil una escena de porno y sobre las sábanas el tubo de lubricante. Cinco minutos de un buen pajote o dedazo y a dormir. Así podría ser la cita perfecta para cualquier solosexual, una opción sexual con la que cada vez más personas dicen sentirse cómodas y satisfechas. Amantes de la filosofía ‘Juan Palomo’, estas personas —tanto hombres como mujeres— creen firmemente que la mejor manera de practicar el sexo es con uno mismo/a. Algo que, en realidad, tiene su sentido porque nadie en el mundo saber mejor lo que te excita y te satisface que tú mismo, pero que llevada al extremo también puede esconder problemas de la propia persona para relacionarse con las demás.

Para qué pareja si soy autosuficiente

El hecho de que los solosexuales descarten a los demás para satisfacerse sexualmente “les evita el sentimiento de desesperación por conocer a alguien para tener sexo durante una noche de fiesta, algo que ellos consideran que no es sano y que, por ello, lo mejor es aprender a disfrutar primero de tu sexualidad”, explica la sexóloga, terapeuta de parejas y coach sexual, Núria Jorba.

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Hasta aquí todo perfecto porque cada uno/a es libre de elegir si quiere enrollarse con otros o no, sin embargo, Jorba considera que el problema empieza cuando la opción de la solosexualidad se lleva al extremo y excluye de manera permanente “cualquier posibilidad de estar con alguien”. Es aquí donde la opción puede revelarse como la consecuencia de un problema mayor. “Dentro de la sexología suele entenderse la solosexualidad como un mecanismo de protección dado que, normalmente, son casos de personas que no han sido capaces de conocer a alguien por culpa de miedos, inseguridades o falta de habilidades sociales”, señala la sexóloga.

La mayoría hombres con problemas emocionales

En este sentido, la especialista, que a lo largo de su carrera ha atendido algunos casos de solosexualidad en su consulta, destaca que por regla general son tres las razones que podrían empujar a un hombre o mujer hacia la solosexualidad. “El primer motivo es el fracaso en relaciones anteriores en las que acumularon mucha frustración y, por tanto, deciden montárselo ellos solos. El segundo es el de personas que han priorizado otros aspectos de su vida y se han dado cuenta de que están muy perdidos en cuanto a conocer otras personas o que sus capacidades de seducción son limitadas. Y el tercer grupo es debido a un malestar sexual o disfunción”, resume Jorba.

Quizás es por ello que, en su mayoría, las personas solosexuales son hombres. “Hace poco tuve un hombre de 42 años que era virgen y que se autodefinía como solosexual para justificarse aunque era evidente que necesitaba terapia”, apunta la sexóloga que cree que esta etiqueta está haciendo un flaco favor a muchas de estas personas: “es común que el individuo justifique sus inseguridades bajo la etiqueta de ser solosexual, algo que en realidad le está impidiendo afrontar sus problemas emocionales”. 

Porno y tecnología a favor de la individualidad

Uno de los factores que podrían explicar la decisión de muchos hombres solosexuales a montárselo por su cuenta es la facilidad con la que pueden acceder al sexo y satisfacer sus necesidades a través de la pornografía. “Les permite a los hombres satisfacerse sin necesidad de establecer vínculos emocionales, algo que no suele ocurrir en las mujeres ya que normalmente no encuentran en el porno el estímulo prolongado que les satisfaga plenamente”, sostiene Jorba que, no obstante, matiza que "hablar en estos términos tan genéricos sobre algo que es individual es un error" por lo que prefiere hablar de "personas".

Pero no solamente el porno está empujando a personas con problemas para relacionarse con los demás hacia el sexo en solitario sino toda la revolución tecnológica en la que vivimos y que prioriza el individualismo por encima de todo. “Esto fomenta sentimientos como el miedo al rechazo o la falta de habilidades sociales en algunos individuos y podría estar por detrás del aumento en los casos de solosexuales”, reflexiona la sexóloga. 

¿Menos dependientes o más egoístas?

La experta considera que este proceso nos ha hecho más egoistas. “La solosexualidad se centra solamente en recibir el placer y no en proporcionarlo a la otra persona. Cada vez se pierde más la habilidad de interacción y es uno de los principales problemas que nos encontramos a la hora de defender la postura de los solosexuales. Está muy bien tener intimidad sexual pero, ¿por qué tienes que rechazar a otra persona?”, concluye Jorba que no duda en calificarla como un “autoengaño” para “no enfrentar lo que te da miedo”.

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Sea como sea, llevada al extremo o simplemente como una fase más de tu vida sexual —también hay veces que no te apetece liarte con nadie y punto—, lo cierto es que la solosexualidad ya es una etiqueta bajo la que muchas personas parecen sentirse representadas y que no parece que vaya a desaparecer como una moda más. Lo que sí sería conveniente sería preguntarte si estás cómodo/a con la etiqueta de solosexual porque te apetece estar solo o porque te da miedo salir ahí fuera y conocer a personas que te obliguen a salir de tu zona de confort y ofrecer la mejor versión de ti mismo/a a otra persona para que ambos podáis alcanzar una vida sexual y emocional plena. 

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