El coronavirus ha demostrado que sin inmigrantes estamos perdidos

El coronavirus pone blanco sobre negro una realidad: la inmigración beneficia a España, aunque muchos no lo quieran reconocer
Striking doctors march during a demonstration calling for salary increase in Lima August 29, 2012. Public healthcare doctors working for the social security services are on the 23rd day of an indefinite nationwide strike which has affected normal operations of hospitals around the country, local media reported. REUTERS/Enrique Castro-Mendivil (PERU - Tags: CIVIL UNREST POLITICS BUSINESS HEALTH EMPLOYMENT)

Lo vemos día tras día. La pandemia saca lo mejor y lo peor de ti, lo mejor y lo peor de la sociedad. Y en estos momentos de máxima tensión, no podíamos dejar de hablar de la inmigración. Ante el colapso del sistema sanitario, el gobierno de España acaba de modificar la normativa para poder regularizar a los inmigrantes de perfil sanitario titulados en Medicina y Enfermería que quieran entrar al país. Claro, ahora que 'los de aquí' ya están al borde del colapso y van a cumplir un mes de trabajo "heroico" un adjetivo que camufla la precariedad para destacar su predisposición en un momento extremo como el que estamos viviendo, necesitamos importar refuerzos.

Los detalles de esta decisión todavía no están cerrados, pero El País ha tenido acceso a un borrador que perfila las líneas generales de la medida en la que, según el artículo, están trabajando "contra el reloj": facilitar y agilizar la autorización de trabajo de personal sanitario que vive en España de manera legal y homologar sus títulos por un procedimiento exprés para poder incorporarlos de manera urgente al operativo contra el Covid-19. Esta medida no es única de España. De hecho, incluso el Departamento de Estado de EEUU... ¡de Donald Trump! está llamando a los médicos extranjeros que quieran trabajar en su país y Reino Unido... ¡de Boris Johnson! ha prorrogado el permiso de residencia de miles de profesionales sanitarios. Así que "inmigrantes no, pero...".

Es evidente que el sistema sanitario español está desbordado a causa de la pandemia y que el gobierno había explorado vías como la incorporación de 52.000 médicos entre jubilados y estudiantes de último año de la carrera. La situación límite que viven los hospitales europeos y ya también los estadounidenses requiere buscar soluciones de urgencia. Decenas de médicos latinoamericanos se han asociado para ofrecerse a trabajar incluso de manera voluntaria y, por supuesto, se necesita su conocimiento. Pero la incluso de manera voluntaria migratorios, que afectará a cientos de personas que llevan tiempo intentando conseguir un permiso laboral en España para ejercer su profesión, es una injusticia para todas las personas que estando en su misma situación no tienen la formación que en este momento se requiere.  

¿Y el campo?

Pero esta es solo una cara de cómo el coronavirus está demostrando la hipocresia de nuestra política migratoria. Porque en el campo, donde los meses de la cosecha no han hecho más que empezar, ya están empezando a notar la caída de la llegada de mano de obra. “Por ahora estamos muy limitados en cuanto a mano de obra para recoger la cosecha", explica a The Guardian Pedro Barato, presidente de la asociación de agricultores Asaja. "La necesidad de trabajadores solo va a aumentar a medida que avance la temporada", añade. En Huelva, por ejemplo, solo 7.000 marroquíes de los 19.000 que suelen llegar cada año por esta época, consiguieron entrar antes de que España cerrara las fronteras para tratar de frenar la expansión del coronavirus.

Esta situación, según cuenta el artículo, se la encuentran en Irlanda con los trabajadores sobre todo eslovenos o en Italia, con la población rumana, en Francia... con los españoles o polacos. Europa entera depende de extranjeros para cosechar sus campos, un sector que, por otro lado, se considera esencial y no está parado por el confinamiento. Alemania, que normalmente requiere de unos 300.000 trabajadores extranjeros, ha lanzado un programa para que estudiantes o trabajadores que están encerrados en sus casas por la cuarentena, acudan al rescate del campo de forma voluntaria.

Y en Italia ya existe una propuesta para que personas sin permiso de residencia pero con experiencia en el campo, sean legalizados. En la agricultura también encontrarán salida millones de personas que en las últimas semanas han perdido su empleo, aunque los expertos temen que perfiles de trabajadores muy urbanizados no puedan adaptarse a la dureza del campo. En el mes con la subida del paro más grande de la historia es evidente que todavía hace falta gente, lo que demuestra que  nadie "nos quita los trabajos" y que el mercado laboral es diverso y grande y que muchos extranjeros todavía solo pueden optar a lo que los españoles no quieren hacer. Si algo se ha demostrado esta crisis es que lo único que ha sobrado siempre en el mercado laboral español no son los inmigrantes, es la hipocresía.

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