La serie ‘Conversaciones entre amigos’ basada en el libro de Sally Rooney decepciona

El estreno en HBO de la serie sobre el primer libro de Sally Rooney repite la fórmula de ‘Gente normal’, pero no funciona
La serie ‘Conversaciones entre amigos’ basada en el libro de Sally Rooney decepciona

La adaptación de Normal People (Gente Normal) a la pequeña pantalla fue el colofón final para que la escritora irlandesa Sally Rooney se convirtiera en un fenómeno de masas. O si más no, en el fenómeno de masas millennial. Sin duda, son muchxs lxs que a partir de la serie se lanzaron a leer los libros de Rooney, coincidiendo con la publicación de su tercer trabajo: Donde estás, mundo bello (Beautiful world, where are you). Sin duda la adaptación de la historia de Marianne y Connell nos tocó mucho la fibra, y con razón. Es por eso que HBO ha vuelto a repetir la fórmula y esta vez ha adaptado la primera novela de la autora, Conversaciones entre amigos (Conversations with friends).

Cuando algo sale bien, ¿por qué no repetirlo? Esta es, seguramente, la premisa con la que los creadores de HBO decidieron adaptar otra de las novelas de Rooney. Ahora que ya es conocida bajo la etiqueta de voz generacional y se ha convertido en un éxito de ventas, aún hay más razones para apostar por sus historias. Bien, pues resulta que, aunque uses los mismos ingredientes que en la primera ocasión, no te va a salir el mismo producto. Que es justo lo que ha pasado con Conversaciones entre amigos.

En este caso, la trama se ubica en una especie de triángulo-cuadrado amoroso entre dos amigas universitarias que anteriormente habían sido pareja, Frances y Bobbi, y un matrimonio entre una exitosa escritora y un actor, Melissa y Nick. Los cuatro personajes se conocen en un recital de poesía, después de que Melissa quede fascinada con la performance de las dos poetas. A partir de aquí la historia se enreda: Bobbi se liará con Melissa, mientras que Frances y Nick mantendrán un affair marcado por las relaciones de poder. Todo esto salpimentado por momentos de crisis entre Frances y Bobbi. La historia la vivimos desde la perspectiva de Frances, que es la protagonista, y justamente es el personaje que más falla.

A pesar de que esta adaptación también ha contado con la colaboración de la autora, la realidad es que Frances, más que generar empatía, genera estrés. Las vibes de chica tímida-mosquita muerta no se acaban de ajustar con el personaje del libro, que claramente es inseguro y tímido (algo que, por cierto, también hace que en el segundo capítulo del libro ya te empieces a hartar de ella). En la serie ocurre lo mismo pero peor.

La inseguridad de Frances, de hecho, viene a reflejar una vez más las diferencias de clase, ya que Nick y Melissa cuentan con una lujosa casa y mucho, pero que mucho, dinero. Todo lo contrario de la protagonista, que viene con un pasado marcado por la figura de un padre ausente prácticamente. La relación con Nick es un claro reflejo de las carencias emocionales que carga la protagonista a sus espaldas y las diferencias de poder: en este caso, de clase y edad. El hecho de que una persona como Nick se interese por ella, hace que se sienta importante, poderosa, incluso. Pero en el fondo no tiene el mínimo control de la relación que establece con él.

La ansiedad millennial, la dificultad para expresar determinados sentimientos, los grises de las relaciones y la dificultad para desapegarte de aquello que te hace daño también aparecen en Conversaciones entre amigos. Ahora bien, si queréis repetir la experiencia de Gente normal, ya os avisamos que eso no pasará.

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