La explicación a los finales de esas películas que no entendiste una mierda

Donde unos ven tres horas de éxtasis visual, otros ven 180 minutos en los que no pasa absolutamente nada. Y entonces llega el final… que no suele ser fácil.
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El cine independiente: esa maravilla que encanta a unos y pone de los nervios a otros. Donde unos ven tres horas de éxtasis visual, otros ven 180 minutos en los que no pasa absolutamente nada. Y entonces llega el final… que no suele ser fácil. Cuántas veces te has dicho, "pues muy bien, pero no he entendido una mierda" o en el caso de ser un hater, "fantástico, tres horas aguantando y encima se acaba y aún no sé ni de qué va la puta peli". Pues bien, no os podemos dar una explicación a todas, pero al menos a estas 4 sí.

Mulholland Drive, de David Lynch

Entender a Lynch nunca fue fácil. Aún así, solo podemos darle las gracias por llevar 30 años haciendo pelis que molan mucho. Muchísimo. Ah, y Twin Peaks, gracias por eso también. Resumiendo: Naomi Watts Diane se va Los Angeles para ser actriz y, sorpresa, no sale bien. Se echa una novia. La novia se va con otro que encima es director de cine. Naomi Watts la mata y decide suicidarse, y en el tránsito entre la vida y la muerte, imagina como habría sido su vida perfecta. Y ese sueño es la primera parte de Mulholland Drive. ¿Parecía fácil, no? Fin.


El árbol de la vida, de Terrence Malick

Desde el estreno de esta película, en unos cines de Barcelona te dan una entrada gratis si no te gusta la peli y te sales de la sala antes de media hora. Mucha gente entró a ver El árbol de la vida esperando una tierna peli de Brad Pitt de esas que van a los Oscar, sin saber a lo que se enfrentaban: 3 horas de Terrence Malick. Os daremos una explicación general, pero no olvidéis que el director se graduó cum laude en filosofía en Harvard y nosotros de momento no.

Pues bien, en resumen, la película sería una reflexión de Sean Penn sobre su vida, la relación con su familia y un análisis de cómo ha llegado a tener una existencia tan vacía. El final de la película, en la escena de la playa, es una conclusión para él: una manera de reconciliarse con su pasado y aceptar el perdón y la aceptación como el camino hacia la felicidad futura.


Melancolía, de Lars Von Trier

 Mucha gente odia a Lars Von Trier, Björk incluída, por sentir que les toman el pelo con sus producciones. Todas estas personas pueden volver a sus casa a ver Ocean’s Eleven. El resto, pueden quedarse a leer sobre qué tienen que ver una boda y el fin del mundo.

La película tiene dos partes, que a priori no parecen tener demasiado en común: en la primera, vemos como Kirsten Dunst Justine pierde el control en su noche de bodas fruto de su enfermedad mental. En la segunda, un planeta llamado Melancolía va a chocar contra La Tierra y matarnos a todos. La relación entre una y otra, a parte ser una sátira en torno a la familia y las clases sociales altas, es que Justine está totalmente unida a su enfermedad de la misma manera que el planeta Melancolía está unido a La Tierra: ambos están destinados a atraerse y a explotar, destruyéndose mutuamente, y no hay nada que se pueda hacer para evitarlo.


Inception, de Christopher Nolan

Hace 6 años, uno de los 'trending topic' de cualquier conversación de bar incluía discutir sobre si Leonardo DiCaprio estaba o no en un sueño en la escena final de Inception. Pues bien, el año pasado su propio director resolvió el misterio, y todos estábamos equivocados.

Nolan escribió el guión con la esperanza de que al espectador le diese igual si el prota se encontraba en un sueño o no, porque lo que él quería es aceptásemos cualquier tipo de realidad como válida, siempre y cuando estemos felices en ella. ¡Pam!

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