Así fue como descubrí el Prostíbulo Poético de Barcelona y sus revolcones literarios

Cuando crees que conoces a fondo tu ciudad, te cruzas con un concepto tan único como el Prostíbulo Poético.

Había quedado con un par de amigos para cenar en un bar que ya conocía por el barrio del Borne de Barcelona, pero lo que me encontré estaba muy lejos de mi idea de un picoteo cualquiera. En un ambiente tenue, hombres y mujeres medio vestidos con sensuales boas, medias de rejilla o corsés, y con alguna que otra pluma en la cabeza se paseaban entre las mesas. En una esquina, un joven descamisado le susurraba algo al oído a una mujer que tenía los ojos cerrados y parecía estar en trance. Acabábamos de descubrir el sensuales, y esa noche íbamos a entender su concepto de revolcón literario.

Lo primero que nos vino a la cabeza fue "¿esto qué es, el Moulin Rouge?". En realidad, a juzgar por el ambiente, también podríamos estar en la Barcelona de los años 20, capital del anarquismo y de la decadente burguesía que abarrotaba los teatros y los burdeles hasta el amanecer, entre el aguardiente y los cuplés. Sin comerlo ni beberlo o tras hacerlo, un chico vestido con un chaleco de pieles se subió al pequeño escenario del bar y regaló unos versos a los asistentes, acompañado de un acordeonista.

A su lado, un par de burras sujetaban la nostálgica lencería de la diseñadora Rosario Puñales, que estaba a la venta. Una de las chicas incluso recitaba en lengua de signos. Esta es la ambientación típica del Prostíbulo Poético, en cuya idea de burdel uno no paga por contacto físico, sino poético. Puede que te apetezca que te susurren unos versos al oído, versos escritos por quien te los recita, elegidos al momento según te perciban o según las preferencias que le indiques.

El proyecto Poetry Brothel lo fundó la neoyorkina Kiely Sweatt hace una década, y en Barcelona lo dirige la Madame Sonia Barba, a quien te tienes que dirigir si quieres un encuentro. Sus poetas vienen de todo el mundo, y no dejan indiferente a nadie. Tienen alma de circo ambulante, de banda de rock en constante gira y cualquier lugar sirve para un revolcón literario. El Prostíbulo es como un laboratorio en el que explorar las diferentes maneras de transmitir poesía a todo el mundo.

La poesía te acaricia, las palabras te estimulan la mente en un acto íntimo. Le preguntamos a la Madame qué tienen en común el sexo y la poesía, y nos dice que en ambos casos reconoces inmediatamente si está siendo bueno, de calidad, legendario y memorable, o si está siendo algo sin mucha gracia ni verdad, sin nada de magia. Sabes si lo olvidarás rápido o lo recordarás para siempre.

Con tanta sensualidad implícita, se nos ocurre que algún cliente puede malinterpretar o querer cruzar el límite de lo verbal a lo físico. La Madame nos cuenta que ella clarifica todas esas dudas antes de que el público decida hacer el ‘vis a vis’ con la poeta y que, en siete años, solo ha visto tres casos en los que los clientes no acabaron de encajar que esto se trata únicamente de poesía. "Uno de ellos se desnudó mientras la poeta recitaba, el otro era un visitante del Mobile World Congress y la tercera fue una mujer desbordada por la emoción. Las poetas supieron resolverlo como auténticas profesionales".

El concepto de prostíbulo puede ser muy atractivo o bien puede tirar para atrás a más de un@. La Madame dice que a ella le pasó lo mismo al principio. "Es lamentable la mala prensa y las pésimas condiciones en que viven cada día las trabajadoras sexuales. Nosotras no les llegamos ni a la altura del betún", resume. A quien tenga reparos, la Madame le diría que venga, que pruebe, que se atreva, que confíe.

También puedes descubrirlos entre páginas, porque cada año recogen lo mejor de sus poemas en una nueva edición del Libro Rojo del Prostíbulo Poético. Son el resultado de muchas noches manchadas por el atrevimiento, la irreverencia, la promiscuidad, el susurro y la poca luz de los rincones. Además de organizar eventos en distintos locales del país, también ofrecen talleres de literatura, poesía escénica, poesía erótica y burlesque. Incluso puedes contar con ellos para una cena o fiesta privada. Todo para manifestar el rotundo deseo de acercar la poesía a extraños.  

Sobran razones para seguirles la pista, y están abiertos a propuestas que vinculen la palabra con la experimentación. Ahora mismo, buscan poetas, músicos, cantantes y performers que quieran formar parte de lo que será el Prostíbulo Poetico de Madrid. Quién sabe, quizás quieras poner a su servicio tus dotes poéticos. No tienen un espacio físico, no están limitados por una localización, y, sin embargo, la puerta del Prostíbulo Poético siempre está abierta.

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