La teoría ‘workista’ hará que detestes el trabajo

La adoración del trabajo se ha convertido en una nueva religión mundial

Unas cuantas décadas más atrás, pero sobre todo unos siglos más atrás, las sociedades eran muchísimo más religiosas. La Ilustración, entre el siglo XVIII y el siglo XIX, reivindicó la importancia de la educación laica y fue alejando la espiritualidad de la vida de las personas. No obstante y según escribe el periodista Derek Thompson en su ensayo Sobre el trabajo: dinero, significado, identidad, el vacío dejado por las religiones ha sido ocupado por el workismo, “la creencia de que el trabajo no solo es necesario para la producción económica, sino también la pieza central de la identidad y el propósito de la vida”. Casi todas las personas, incluida tú, viven aferradas a esta nueva religión del trabajo.

”Algunas personas adoran la belleza. Algunas adoran las identidades políticas. Y otras adoran a sus hijos. Pero todo el mundo adora algo. Y el workismo está entre las más potentes de las nuevas religiones que compiten por congregantes”, cuenta Thompson en su nueva obra, de la que se hace eco el medio estadounidense FastCompany. Probablemente por eso te sientas tan sumamente mal cuando no encuentras trabajo. No solo tienes problemas financieros para afrontar los costes de la vida: también es una puñalada a tu identidad porque el workismo, inoculado en ti desde que eras pequeñx, te susurra al oído que no vales mucho sin contribuir al mercado laboral de alguna manera.

Es una de las consecuencias de esta religión. De hecho, argumenta el propio Thompson, muchísimas personas están a punto de experimentar una crisis identitaria a causa de la evolución de las herramientas de inteligencia artificial. “Si nuestro valor se basa en nuestro trabajo, ¿qué sucede cuando la automatización hace que nuestro trabajo sea innecesario?”. Por otro lado, está el agotamiento, fruto de pensar todo el tiempo en esa productividad laboral, algo que teme que derive en la creación de “una jornada laboral permeable en la que los trabajadores se sientan obligados a trabajar a todas horas del día”. Es precisamente lo que ocurre con muchísimas personas que teletrabajan.

Por último, y es la consecuencia del workismo que más preocupa a este especialista, está el hecho de que quienes siguen esta religión, y son la mayoría de personas, acaban dedicando más recursos materiales y emocionales a las relaciones laborales que a las relaciones personales. Eso no es bueno. A fin de cuentas, son estas últimas las realmente influyentes en tu vida, dado que “nuestras relaciones más importantes extraen su valor de una intimidad que no está sujeta al tipo de pruebas diarias a las que necesariamente están sujetas las relaciones laborales”. Con tu amigx eres tú mismx. No temes decir algo fuera de tono. No temes cagarla. Trabajo sí, claro, pero workismo no. Serás más feliz.