Cómo mantener la alegría pese a estar sin trabajo

Y aprovechar las emociones desagradables para conocerte y motivarte a hallar soluciones

Llevar mucho tiempo buscando trabajo sin éxito o que te despidan del que tenías es una putada. Y solo quienes pasan por ello lo entienden de verdad. A los problemas prácticos de esa situación, el no disponer de la suficiente autonomía económica, se le suman los problemas derivados de la frustración emocional. Para muchas personas es un golpe a su autoestima. Una fuente de sensaciones de invalidación. Un mensaje en sus cabezas constante que les dice que están abocados al fracaso y que se merecen ese fracaso. Es duro. Mucho más de lo que la gente con un trabajo fijo piensa. No obstante, y según el psiquiatra Alex Wills, hay una serie de acciones claves que pueden devolverte la alegría.

En concreto, y como explica en una publicación para Psychology Today, los cincos pasos de una técnica conocida como aceptación emocional radical, expuesta por el propio Wills en su ensayo Five a Fuck, Actually, y cuya finalidad principal es conseguir que las personas afectadas por una situación así logren abrazar sus emociones y llevarlo de la mejor manera posible. El primero de esos pasos es la aceptación. Es decir, ir a la raíz de la emoción que estás sintiendo en este momento de desempleo y reconocerla tal cual sin excusas ni mecanismos de desviación. Si es ira es ira. Si es tristeza es tristeza. Si es envidia es envidia. Si es desesperación es desesperación. No la camufles. No la niegues.

El segundo paso, estrechamente vinculado a este primero, consiste en nombrar mentalmente esa emoción o esas emociones, puesto que en la mayoría de los casos se da una combinación simultánea o cambiantes de emociones mal llamadas negativas. “Enuméralas de manera cruda y visceral sin explicación”. Una vez hayas hecho esto deberás pasar al paso número tres: practicar la curiosidad con esas emociones. No seas escurridizx. No quieras eliminarlas de inmediato. Escúchalas. Descubre cómo se sienten en el cuerpo. Descubre en qué momento del día llega cada una de ellas. No caigas en el “intento desesperado de evitar sentir tu verdad profunda”. Acógela como fuente de autoconocimiento.

Y ahora es hora de pasar a la acción. “Después de haber sintonizado completamente con tu paisaje emocional llega el momento de decidir qué hacer, si es que hay algo que hacer”. Las emociones han sido escuchadas. Y Probablemente ello haya provocado que pierdan cierta intensidad y control sobre ti. Tienes más espacio mental para planificar y operar soluciones. Apróvechalo. Traza planes para revertir la situación y hallar un curro. Pero no te olvides de lo que has vivido. Es el paso cinco: “encuentra la verdadera gratitud por las emociones desagradables”, ya que te han servido para conocerte y ponerte en marcha para cambiar las cosas. Recúerdatelo para la próxima. Ellas son tus aliadas.