Hay una muy buena razón por la cual todos las preocupaciones acerca del futuro acuden en cascada justo en el momento en que te metes en la cama e intentas quedarte dormidx: es el primer instante del día en que tu cabeza está en calma. Piénsalo. Desde que te levantas hasta que te acuestas estás entretenidx con algo. Que si el trabajo, que si los estudios, que si las redes sociales en cada espacio de tiempo en el que no estás haciendo otras cosa... No paras de proporcionarle estímulos a tu cerebro. Está atosigado. Y de repente, en la noche, el silencio. Todo cuando ha estado reprimido en segundo plano ocupa ese vacío. Aparece el insomnio. Y no hay manera de conciliar el sueño en horas.
Sin embargo, el psiquiatra Aric A. Prather, doctorado en la Universidad de California, tiene dos recomendaciones para ti para lograr hacerlo y son relativamente fáciles de implementar. La primera de ellas, escriben desde El Confidencial, medio que se hace eco de las ideas de Prather, consiste en “reservar 15 minutos al día, preferiblemente por la tarde, para tu momento de preocupación emocional”. Un ratito en el que reflexionar sobre tus problemas, darle la bienvenida a tus miedos y a tus pensamientos negativos y abrazar tu rumiación. Si lo haces en ese momento perderán intensidad y no se presentarán en la noche, justo cuando vas a dormir, como asuntos pendientes de atención.
Escribe todo eso que te quita el sueño
Pero no es suficiente. En última instancia, tus preocupaciones permanecen ahí hasta que encuentras alguna clase de solución. No basta con el espacio mental que les proporcionas esos 15 minutos: si en ese espacio de tiempo no las resuelves seguirán ahí detrás, reclamando atención y aprovechando el único momento de vacío mental de tu día para aparecer. En ese sentido, señalan desde el citado medio, es importante “hacer una lista con todas esas preocupaciones y problemas y, al lado, escribir la solución que hayas encontrado”. Por supuesto, no tienen por qué ser soluciones últimas. Roma no se hizo en dos días. Pueden ser los primeros pasos de una solución o ideas de futuras soluciones.
Lo importante es que tu cerebro sienta que gana un poquito de control sobre esas preocupaciones, de manera que deje de enviártelas con esa intensidad tan altísima en tus periodos de descanso. De hecho, cuanto más explicativx seas a la hora de escribir tus miedos y preocupaciones, así como las potenciales soluciones o vías de acción, mucho mejor. Como dicen desde El Confidencial, basándose en las palabras de Prather, “si se practica con regularidad puede convertirse en una rutina diaria muy efectiva para luchar contra el insomnio”. Y es necesario que lo hagas. Al fin y al cabo, el insomnio condiciona muchísimo tu salud física, tu salud mental y tu salud emocional.