Es cierto que la depresión te chupa el alma, te deja sin fuerzas, casi sin sentimientos, con un vacío dentro que te puede impedir (o no) levantarte de la cama, trabajar, hacer tus tareas del día a día o bien te lleva a hacerlas casi sin energía. Pero incluso en ese pozo, es posible practicar la gratitud para aliviar un poco el desasosiego.
Nadie está aquí queriendo minimizar la enfermedad que es la depresión y ni mucho menos sustituyendo la terapia o los medicamentos, que pueden ser la clave a la hora de enfrentarse a ella. Es solo que la gratitud puede ayudarte a complementar esos dos pilares fundamentales (y otros, como el entorno social o la actividad física ) para ir engrasando tu mente hacia un momento mejor.
Tal y como explica el digital La Mente es Maravillosa, una investigación de la Universidad John Cabot ha demostrado los efectos positivos de la gratitud frente a trastornos de ansiedad y depresión.
Los bucles de oscuridad son un actor común en estos problemas mentales, así que pararse y dar las gracias, revisar todas las cosas buenas de la vida, agradeciendo a la vida cada cosa que tienes (hogar, pareja, recuerdos bonitos, trayectoria vital, cariño de seres queridos, familiares) puede ayudarte a sobrellevarlo mejor y a iniciar tu salida del pozo.
El mismo digital apunta a que con la gratitud se mejora la autorreflexión, se reduce el pensamiento rumiante que se restrega en lo negativo, hace florecer la esperanza, convierte el diálogo interno en algo menos crítico y tóxico, minimizas los sentimientos de falibilidad o inutilidad. Mejora tu autopercepción, te abres más al mundo exterior para conectar con las personas, descubres el valor de la autocompasión y la necesidad de cuidarte, favoreces la empatía y sientes emociones más positivas, promueves aceptación.
Entre las formas de hacerlo, el digital apunta en primer lugar a llevar un diario en el que anotar todos los días cada cosa por la que tienes agradecimiento, describir los buenos momentos compartidos por las personas y redactar las emociones positivas asociadas al día de hoy. Además, resalta las habilidades o características de ti de las que te sientes orgullosx.
Para un reencuadre cognitivo de agradecimiento, el digital recomienda escribir los pensamientos negativos que te atormentan a diario para después preguntarte si son útiles y tienen base. Después, plantearse si hay forma de reenfocar esos pensamientos para darles un ángulo más positivo y esperanzador y reflexionar sobre a qué puedes dar las gracias para sentirte mejor en contraste a ese pensamiento.
Actos de altruismo y bondad hacia los demás te harán sentirte mejor y agradecerles de corazón lo que ellxs hagan por ti reforzará las emociones positivas. Enviar cartas de gratitud a las personas de tu entorno y apreciar la bellleza del aquí y del ahora son otras de las prácticas de gratitud que recomienda este digital para poner un poco de luz a momentos tan oscuros.