Unas aventureras te cuentan cómo viajar sola, sin dinero y sin miedo

Saber cómo viajar sola puede ser la mejor manera de superar las limitaciones que nos impone la sociedad machista que nos rodea. 

Quienes aseguran que el machismo es algo superado deberían hacer un pequeño experimento: observar las diferentes reacciones que se desencadenan cuando alguien anuncia su intención de hacer un viaje en solitario. En general, si el protagonista es masculino será considerado un aventurero intrépido. Si es mujer, una loca inconsciente. Los prejuicios pesan y somos muchas las que no nos atrevemos a lanzarnos a la carretera sin compañía porque tenemos demasiado interiorizadas todas esas películas de sobremesa de Antena 3 en las que una joven ingenua decide hacer autostop sola y estalla el drama.

Bien lo sabe Elisa Coll, una joven madrileña de 25 años que tras acabar la carrera de Comunicación Audiovisual pasó tres meses recorriendo recorriendo Estados Unidos. A pesar de los temores de sus allegados viajó sola, desplazándose a dedo y alojándose gracias a la hospitalidad de gente que encontraba en el camino.

$!Elisa, quien sostiene un cartel en la imagen, viaja en autostop pra ahorrar costes e interactuar con la gente. Fotografía: www.revolutionontheroad.com

Elisa, que en la imagen aparece sosteniendo un cartel, viaja en autostop para ahorrar costes e interactuar con la gente local. Fotografía: www.revolutionontheroad.com

Esa experiencia le cambió la vida y a su regresó empezó a impartir el taller 'viajar solas sin dinero y sin miedo', donde anima a otras mujeres que, como ella antes de empezar, se debaten entre el temor y la sed de aventura. "Nos han metido unos miedos monstruosos y desproporcionados a lo que nos enfrentamos cuando viajamos", asegura tras explicar que en su periplo internacional no se enfrentó a ninguna agresión machista diferente a las que ha experimentado decenas de veces en Madrid, volviendo a casa sola del trabajo o de fiesta.

Ellas viajan más en solitario

Para ella, uno de los principales bloqueos que tenemos las mujeres es que nos faltan referentes de viajeras femeninas. "Todo el mundo sabe quiénes son Jack Kerouac y Jack London. Pero no nos cuentan que la primera persona que dio la vuelta al mundo en 72 días fue una mujer". Ha pasado más de un siglo desde entonces, pero la invisibilización de las viajeras persiste, a pesar de que los datos arrojan que la primera persona que dio la vuelta al mundo en 72 días fue una mujer

Resultado de imagen de gif travel girl

Trueques para ahorrar

Andrea Bergareche es una de las historias que se esconden tras los datos. Con 23 años realizó su primer viaje en solitario. Recorrió Argentina, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador durante siete meses. Para financiar su aventura, esta licenciada en Bellas Artes tatuaba a otros viajeros que encontraba en la ruta. Sin embargo, sostiene que no es necesario tener un talento específico para ahorrar costes.

"Al final todos tenemos una habilidad: había gente que daba masajes, otra que te cortaba el pelo, otra que vendía comida… No es tan difícil, las barreras son más mentales. Una vez te pones en ruta te das cuenta que es mucho más fácil de lo que parece", asegura tras aclarar que gasta menos dinero viajando que estando en casa. "No puedes llevarte más de lo que te cabe en la mochila y aprendes a vivir con lo indispensable. En mi caso moverme y dormir me salía gratis y solo gastaba en comida y vicios como tomar unas cervezas. Además, no pagas ni alquiler ni coche", argumenta.

Al igual que Elisa, el autostop y la hospitalidad de desconocidos que la alojaban a través de plataformas como Couchsurfing o Couchsurfing fueron claves para el éxito de su viaje. Por un lado le permitieron ahorrar y por otro, establecer vínculos más intensos con la gente local. "Cuando viajamos solas la gente nos atribuye indefensión y te ayudan más que cuando vas acompañada o en pareja. Te acaban saliendo familias y padres por todo el mundo, porque no sienten temor hacia ti y además piensan que eres tú la que puede estar en peligro, así que te protegen", explica Andrea.

Arma de doble filo

En la práctica eso supone que es más fácil encontrar alojamiento y transporte gratuito. Aunque, tal y como argumenta Elisa, puede ser un alma de doble filo. "Cuando te dicen que lo tienes más fácil por viajar sola siendo tía es como cuando te dicen que tenemos suerte porque no pagamos en las discotecas. No es un privilegio, es una mierda. Lo tenemos más fácil porque no somos una amenaza. Encontramos más empatía, pero también estamos más expuestas", dice. Para evitar situaciones incómodas, Elisa aconseja hacer caso de tus corazonadas. Si alguien no te inspira confianza, no lo fuerces. Tampoco está de más tomar algunas precauciones como avisar a algún amigo o familiar por whatsapp de dónde te vas a quedar y con quién. Y, en principio, dile al conductor que tienes a alguien esperándote en tu destino aunque no sea así.

Estos consejos no son una invitación al alarmismo. Al final se trata de sentirte cómoda, cuidarte y no forzar tus límites. Tal y como explica Claudia Rodríguez, quien ha pasado más de un año y medio viajando sola por el sudeste asiático y Centroamérica, lo fundamental es buscar información previa del lugar al que vas, para conocer cómo actuar en cada caso. Para quienes estén pensando emprender el viaje, recomienda leer muchos blogs de otras mujeres viajeras y priorizar las ganas de viajar frente a los miedos propios y ajenos. "Lo mejor es empezar en un sitio en el que te sientas segura, quizás un lugar que ya conozcas, para empezar a soltarse desde ahí a otros lugares que den más vértigo", apunta.

$!Unas aventureras te cuentan cómo viajar sola, sin dinero y sin miedo

Claudia, de espaldas en la fotografía, empezó viajando por el sudeste asiático y después recorrió Centroamérica. Imagen: soloida.com

Prueba piloto

Se trata de un consejo que todas se aplicaron. Elisa empezó su viaje en MaineEstados Unidos, donde había estado viviendo un año. Claudia lo hizo en Filipinas, lugar que había sido su hogar durante una beca del ICEX unos años antes. Y Andrea en Argentina, donde vivía una amiga. Sin embargo, tal y como argumenta Andrea, no es necesario cortar con todo y empezar de cero a miles de kilómetros de casa: "Se puede empezar con viajes pequeños. Irte cinco o diez días dentro de tu país para darte confianza. Es una prueba piloto para ver cómo te desenvuelves".

Al final, lo más importante es atreverse. "Si tú lo sientes dentro y al pensarlo te emociona y sientes nervios, está claro que lo vas a hacer. ¿Por qué no ahora? Hay que escucharse, porque es imposible buscarse la vida sin antes buscarte a ti misma", concluye Elisa contundente. Más allá de los miedos y de los temores, te espera una experiencia en la que te sentirás dueña de tu vida, de tus decisiones y de tu tiempo. Aprenderás a explorar en tus zonas de oscuridad y a confiar en desconocidos. Así que si sientes que algo te remueve por dentro cada vez que ves un mapa, deja de atrincherarte en excusas y busca una fecha para tu viaje. Como reza aquel viejo proverbio, hasta el viaje más largo empieza con el primer paso. Y nosotras también tenemos derecho a disfrutarlo.

Imagen relacionada


Fotografía de cabecera cedida por www.revolutionontheroad.com