Este es el efecto del café en tu cerebro y así es como te alegra el cuerpo

Varios estudios confirman los efectos positivos del café sobre tu cerebro y tu cuerpo ayudándote a rendir más y mejor cada día.

Que oler una taza de café es la forma más rápida de levantar la cara de la almohada cada mañana lo sabe cualquiera que vaya a la uni o se haya tenido que preparar unas oposiciones. Lo que igual no sabe ‘todo quisqui’ es que nuestro amigo el café es la café psicoactiva más consumida del mundo con 5.000 millones de dosis engullidas a diario en el mundo. Y lo que seguro que prácticamente nadie conoce es por qué nos ofrece un subidón espectacular con apenas una taza. Recientemente, la gente de café se tomó la molestia de resumir los principales estudios científicos que explican los efectos del café tanto en tu cerebro como en tu cuerpo.

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Atento porque, después de leer esto, no volverás a ver de la misma manera a tu taza del desayuno, al cortado del almuerzo o al carajillo de los abuelos del bar de abajo de tu casa.

Manda callar a la adenosina

El motivo por el que tus niveles de sueño van aumentando a lo largo del día se debe a la segregación de una molécula llamada adenosina. Básicamente, tu cerebro comienza a producirla por la mañana de tal forma que al acumularse a última hora del día nos produce esa sensación de querer ir directos a la cama. Pues bien, lo que hace el café es bloquear los receptores encargados de procesar la adenosina de tal manera que no llegas a experimentar la sensación de caerte de sueño. Esto explica también por qué hay personas que necesitan dos tazas para espabilarse en lugar de una: sencillamente tienen más receptores de adenosina.

Da un boost a tu estado de ánimo

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El hecho de bloquear los efectos de la adenosina tiene efectos colaterales que a la mayoría nos vienen de perlas. Por ejemplo, la dopamina y la glutamina, dos estimulantes naturales, pueden ocupar el espacio dejado por la molécula y aumentar nuestro estado de alerta, ayudarnos en nuestra concentración y mejorar nuestro estado de ánimo dándonos un subidón de optimismo. Además, está demostrado que el consumo de café reduce el riesgo de padecer depresión y de cometer suicidio, al menos en los hombres.

A tu memoria le pone la cafeína

Basta con darse un paseíto por cualquier biblioteca universitaria en época de exámenes para darse cuenta de que algo debe ayudar para estudiar. Al parecer, algunos investigadores piensan que la cafeína ayuda a que las ideas y conceptos se queden ‘pegados’ a tu memoria y por eso es más fácil estudiar con un buen chute de café. Además de que, evidentemente, mejora tu concentración y evita que te duermas encima de los libros. Eso sí, antes de que te vayas a comprarte el termo más grande de los chinos te diremos que esos mismos estudios apuntan a que una cantidad excesiva de café hará que tu rendimiento caiga en picado debido a los nervios.

Distrae a tu estómago

Existe una creencia popular muy arraigada que dice que mientras se bebe café o se fuma no se come. En realidad, sí es cierto que la cafeína puede distraer a tu cuerpo a la hora de exigir la ingesta de alimentos sólidos o de cubrir la ansiedad que sufrimos en época de curro infernal. Sin embargo, no existe ningún estudio serio que haya demostrado que beber café adelgace y si lo ha hecho ha sido en un porcentaje insignificante de los casos.

Te pone de mala hostia

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No todo iban a ser ventajas y, según se mire, eso de estar más irritable puede ser hasta positivo. Al parecer, la cafeína le dice a tu pituitaria que se ponga las pilas y esta ordena a tus glándulas suprarrenales que produzcan adrenalina a cascoporro. El resultado es que tendemos a estar más reactivos, ansiosos y emocionalmente alterados.

Ahora ya lo sabes, beber café es casi una bendición y más el día que nos toca madrugar o hace un frío de narices. Nos ayuda a concentrarnos, memorizar, estar de mal humor y no quedarnos sobados. Sin embargo, como ocurre con todo lo bueno de esta vida, su consumo no puede ser excesivo. Con la dosis justa de café las cosas solamente pueden mejorar.