En serio, ¿dónde está el 'Punto G'? (si es que existe)

Los científicos no se ponen de acuerdo en si existe o no el 'Punto G', a pesar de que algunos afirman de que se encuentra en la pared anterior de la vagina.

La sexualidad femenina es incontrolable. Cada mujer siente, desea y goza de forma distinta. No existe un único patrón, ni zona, ni forma de estimular a dos mujeres distintas que funcione al 100%. Sin embargo, hay cuestiones y mitos que traen a los sexólogos y ginecólogos de cabeza. Uno de ellos es que la mujer llegue al orgasmo con la penetración a pesar de que la mayoría afirme necesitar estimularse el clítoris —en torno al 90% según un estudio de la Universidad de Almeria— , ese órgano de más de 8.000 terminaciones nerviosas diseñado únicamente para el placer.

A pesar de los muchos estudios y experimentos que se han llevado a cabo desde que el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg dijo haberlo descubierto en la década de 1940, la comunidad científica sigue sin ponerse de acuerdo respecto a la existencia del llamado 'Punto G'. Y, precisamente por eso, esa zona de la vagina que, dicen, es casi como una puerta mágica hacia un orgasmo instantáneo y maravilloso, se ha convertido ya en un mito que destruye cualquier tipo de consenso que intento construirse a su alrededor. Pero, de existir, ¿qué es?, ¿dónde está?, ¿cómo lo estimulo para sentir un orgasmo instantáneo?.

¿Qué es y dónde está?

Fueron los sexólogos Alice K. Ladas, Beverly Whipple y John Perry quienes apoyaron la teoría de Gräfenberg sobre el Punto G en 1982. Ellos afirmaron que se trata de una zona rugosa de, aproximadamente, entre 2 y 3 centímetros de diámetro en la pared anterior de la vagina. ¿Que dónde está eso? Pues más o menos a unos 3-5 centímetros de la apertura de la vagina en dirección a la vulva.

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¿Y por qué produce tanto placer al estimularlo? Pues porque está junto a las llamadas glándulas uretrales o de Skene, que vendrían a ser como las glándulas de la próstata masculina y las responsables producir el líquido que expulsan las mujeres que son capaces de eyacular. O sea, de disfrutar de los famosos squirts.  Al parecer, algunos científicos afirman que con la excitación y el roce de esta zona, la esponja uretral se hincha y se consigue un orgasmo mucho más intenso y duradero que con la estimulación del clítoris. Otros dicen que, al estimular esta zona, se llega a tocar una parte interna del clítoris con muchas más terminaciones nerviosas.

Pero volvamos al Punto G. Encontrarlo, si seguimos la teoría, es mucho más sencillo de lo que parece por el misterio que le envuelve. Los sexólogos recomiendan introducir dos dedos en la vagina y hacer el gesto de 'ven aquí'. Parece fácil, ¿verdad? Pues, aun así, muchísimas mujeres y sus parejas siguen sin encontrar nada en firme, otras lo adulan y otras no terminan de estar seguras.

¿De verdad es la mejor forma de llegar al orgasmo?

Por otro lado, los investigadores del departamento de Biología de la Universidad de Florencia, Vincenzo y Giulia Puppo negaron la existencia de ningún orgasmo vaginal en un artículo publicado en la revista científica Clinical Anatomy. Después de retomar las investigaciones del sexólogo estadounidense Alfred Kinsey, por un lado, y los famosísimos Master and Jonhson, los Puppo afirman que el clítoris y la vagina no tienen conexión y que, por tanto, el Punto G no existe.

¿Los hombres tienen 'Punto G'?

La única parte de todo esto que los médicos tienen clara es que los hombres sí tienen su propio 'Punto G', pero le baila una letra. El llamado 'Punto P' en relación a la próstata, no es una zona que la mayoría de los hombres deseen encontrar a toda costa –a pesar del indescriptible placer que proporciona– debido a su ubicación y la forma de acceder hasta él. Este está formado por las glándulas prostáticas que se encuentran en la parte inferior del recto, encima del perineo y debajo de la vejiga lo has adivinado, hay que entrar por la retaguardia para llegar a estimularlo.

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Después de saber todo esto, aquello de que cada mujer siente y goza a su propia manera suena cada vez más convincente. Tal vez, la mejor forma de encontrar el placer de cada una sea, simplemente, comunicándose y preguntándole qué y cómo le gusta que le estimulen. Y es que, lo más probable es que el Punto G esté en el sitio más húmedo y que pide ser estimulado a todas horas: su mente.