Piénsalo bien: ¿cómo será el mundo en 30 años? La ciencia ficción y la literatura suelen darnos pistas, desde las visiones más apocalípticas hasta las más optimistas, sobre esos nuevos escenarios. La hiperconexión, las realidades alternativas a través de tecnologías inmersivas, el transhumanismo...Pero, sin duda, uno de los grandes temas es el de la sostenibilidad.
Hablemos de un planeta en el que el nivel del mar asciende, dejando solo al descubierto un 12% de la superficie. Lo que puede sonar hoy como una ficción es solo la consecuencia de lo que podría ocurrir en cuestión de décadas.
Son muchas las voces desde variedad ámbitos que tratan de anticipar soluciones a este y otros grandes desafíos. Centrándonos en el de la creatividad, descubrimos proyectos sorprendentes, que, con la ayuda del diseño, permiten anticipar las necesidades de un futuro no tan lejano.
Entre ellos, os compartimos tres propuestas de estudiantes de las sedes de IED en Barcelona, Bilbao y Madrid para ver cómo han analizado ellxs los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad. Vale la pena: necesitamos voces que exploren otras posibilidades, otro futuro, y estas son algunas de ellas.
Una ciudad en las alturas
‘Sekai Kan’ es el proyecto de Ángela Conde del Rey (estudiante de Diseño de Interiores en el IED Madrid), un mundo situado en el año 2049, y en el que la subida del mar ha dejado a muchas urbes bajo el agua. Tokio es una de ellas. De ahí surge ‘Sekai Kan’, una propuesta de ciudad elevada por encima de los edificios de la antigua Tokio donde las personas sienten la necesidad de vivir en comunidad. En este nuevo modelo de convivencia, la ciudad es resiliente, está viva: crece junto a sus habitantes. Puentes que recuerdan a calles conectadas, observatorios con vistas a toda la marisma.... Suena bien, ¿verdad?
Pues no es la única propuesta pensada para rescatar a la humanidad del agua. ‘Nymphea’ es el proyecto de Massimo Nocivelli, estudiante de Diseño de Producto del IED Barcelona. Su idea es clara, exacta y muy útil. Nocivelli lo plantea así: ¿Qué harías si el 80% de la costa mundial se redujera al 12% de la superficie total del planeta? Es decir, si solo tuviéramos esa “pequeña” parcela para vivir. ¿El resto? Agua y más agua. Por razones obvias, este no es suficiente espacio para todas las personas que viven en el mundo. Pero hay alternativa.
Flotando (y viviendo) sobre el agua
‘Nymphea’ sería la respuesta a esa reducción de la superficie de costa. Un sistema modular que permite la creación de superficies flotantes sobre el agua. Te explicamos en qué consiste: se compone básicamente de dos partes, el módulo y la junta, que permite unir más módulos entre sí. Los módulos tienen una dimensión de tres por tres metros. Estás pensándolo, ¿no? Comunidades enteras unidas por este diseño. Una especie de nuevos territorios con variedad de combinaciones que se pueden adaptar a cada necesidad y uso del entorno. Es, literalmente, el ser humano creando lo que necesita para vivir, sin necesidad de sobrecostes.
¿Quieres un parque al lado de un colegio? Pues ‘Nymphea’ no pone problemas: los soluciona. El proyecto contempla una serie de módulos adicionales que se pueden agregar sobre la superficie flotante. Es como jugar a montar puzles, pero en formato real, mejorando los espacios y haciéndolos más útiles.
Si piensas en el agua, también tienes que pensar en la comida. ¿Cómo sobrevivir en un mundo donde todo está lleno de desechos? ¿O donde las condiciones climáticas dificultan el cultivo de determinados alimentos? O más complejo todavía: un mundo en el que el reparto de la comida es desigual. Unxs tienen mucho y otrxs nada. Esto último no es ninguna hipótesis futura, es la realidad, aunque los años podrían complicarlo.
Cocina de reaprovechamiento, sí
Irati Albizu realiza su propia reflexión al respecto a través de ‘Berbizi’, un proyecto en contra del desperdicio de alimentos. Esta estudiante de Diseño Gráfico del IED Kunsthal Bilbao no ha tenido que imaginar ningún escenario futuro. El suyo existe ya, y a niveles bastante evidentes. Su proyecto se centra en Deba, un pueblo de 5.000 habitantes que dispone de tres fruterías y tres supermercados. Y dirás: bueno, no son tantas personas. Sin embargo, “es increíble, incluso poco ético y moral la cantidad de fruta y verdura que se puede llegar a desperdiciar en un pueblo tan pequeño”, explica Irati.
Un plátano excesivamente maduro, una manzana con ciertas manchas... Todo esto es comestible, sano, práctico y, aun así, somos capaces de tirarlo por no cumplir con el canon de belleza establecido (sí, también en la comida existen estas cosas). Pero, ¿qué pasaría en un mundo donde hasta ese plátano escasea?
Berbizi es realista: con la ayuda de un cocinero profesional se trabajó en la realización de recetas a partir de alimentos desechados por los comercios. El resultado es un recetario y un perfil en RRSS sobre estas preparaciones a partir de basura. Moraleja: no tires comida. Ahora mismo no eres capaz de predecir cuándo podrías llegar a necesitarla. Vale la pena ir aprendiendo, por si acaso.
Así que sí, hay varias cosas que nos quedan claras después de fijarnos en estos proyectos. Uno: el mundo va a cambiar, ya está cambiando. Dos: los recursos del planeta son finitos (nunca infinitos). Tres: el diseño es un gran aliado de la creatividad a la hora de cuestionar lo establecido y explorar nuevos caminos para mejorarlo.