Alerta: las playas están en vía de extinción

La subida del nivel del mar, el aumento de la frecuencia de los temporales y la urbanización de las costas las está poniendo en jaque

Imagínate un mundo sin playas. Imagínate que no estuvieran ahí durante los meses estivales. Que la única alternativa refrescante fueran las piscinas artificiales. Te perderías muchos placeres. Y no solo eso: las playas desempeñan un papel muy importante en la protección de las ciudades frente a los temporales, por lo que su extinción podría comprometer las infraestructuras urbanas. Un drama. Uno que, lejos de ser el relato fantasioso de una novela de ciencia ficción, es una posibilidad cada vez más real a causa del calentamiento global.

Así lo explica en The Conversation la investigadora en dinámica de playas Francesca Ribas, de la Universitat Politécnica de Catalunya. En concreto, y según proyecciones científicas, “a finales de siglo el nivel del mar medio se podría situar entre 45 centímetros y 85 centímetros por encima del nivel de principios del siglo XXI”, lo que tendría un efecto enorme en las playas: “provocará un aumento de los episodios de inundación y erosión y un retroceso de la línea de costa”. Será un fenómeno paulatino. Irán desapareciendo poco a poco.

Di adiós a tu querida playa

Pero lo harán. Porque las proyecciones estudiadas para el año 2100 definen “retrocesos de la línea de costa desde decenas de metros a un centenar de metros, dependiendo del tipo de playa y del escenario de cambio climático”. ¡Centenares de metros! Muchas playas del mundo, incluido de nuestro país, no tienen siquiera centenas de metros de profundidad. Dirán adiós incluso antes del final de siglo. Y los más mayores, entre los que quizás estés tú, contarán anécdotas sobre la preciosa playa que solía haber ahí. Reliquias de la memoria.

Porque son dos las fuerzas que actúan contra las playas. Por un lado, y como ya hemos apuntado, la propia subida del nivel del mar, que inevitablemente come terreno a las playas. Y, por otro lado, los temporales, “que actuarán sobre zonas de las playas que hoy en día siempre están emergidas produciendo erosión neta, con pérdida de sedimento hacia mar adentro”. Se llevarán la arena en la que sueles tumbarte todos los veranos. En la que suelen jugar los niños. Y lo harán a una velocidad mayor de la que las playas pueden recuperarse.

Además, a estas dos fuerzas naturales amplificadas por el cambio climático antropogénico hay que sumarle otras fuerzas puramente humanas como la urbanización de la costa o la construcción de infraestructuras como los puertos. Según Ribas, “aunque las playas naturales tienen capacidad para adaptarse a un nivel del mar más alto migrando hacia tierra, un porcentaje elevado de ellas están urbanizadas y pueden desaparecer si no se aplican medidas de mitigación”. No tienen mucho margen de transformación. Están entre la espada y la pared.