¿Sientes que tu relación es un trabajo? Mal asunto

Todas las parejas deberían compaginar un poquito de saludable esfuerzo con mucho juego, fluidez y complicidad

Un cliché sobrevuela todas las relaciones: la idea de que requieren trabajo para que funcionen. Y hasta cierto punto es cierto. A fin de cuentas, tratan sobre dos personas diferentes con cerebros diferentes conciliando sus necesidades y negociando de una u otra manera todo el rato. No son precisamente sencillas. O al menos no durante todo el tiempo. Sin embargo, y como asegura la profesora de sociología Deborah J. Cohan, de la Universidad del Sur de Carolina-Beaufort, en un artículo para Psychology Today, las relaciones que siempre parecen trabajo y carecen de un toque juguetón “agotan nuestra energía, ya que pasamos mucho tiempo tratando de comunicarnos para sentirnos comprendidos”.

Porque ahí está la clave: claro que tu relación necesitará en determinados momentos de tu esfuerzo, pero si cada día es una lucha, si todas las tardes y las noches las pasas con el freno de mano echado, haciendo malabares para que la cosa furule, sin una dimensión lúdica presente, no es una buena relación. Según Cohan, “el juego implica libertad, experimentación, aventura, espontaneidad y creatividad”. Y no habla de juego únicamente como risas y sexo. No. Se refiere a “la facilidad, a la confianza, a la comodidad, al descanso y a la sensación de conocer y ser conocido”. A esa fluidez de las relaciones que te permiten ser tú, tener la guardia baja y poder dejarte llevar sin contención.

En concreto, la experta reconoce una serie de patrones en las relaciones que van más allá del esfuerzo y que disponen de un lado juguetón: la alegría se encuentra estimulada, tener razón es menos importante y se admiten las equivocaciones, existe una mayor curiosidad hacia la pareja, se confía más en la belleza del proceso de seguir conociendo a alguien, ambas partes están abiertas a los juegos de la otra persona y se tratan de compartir entre ellxs cuanto ven y hacen y cada noche hay una sensación de fiesta de pijamas al irse a dormir. Por supuesto, no toda relación juguetona es idéntica y puede que no tenga todos estos ingredientes, pero ya sabes por dónde van los tiros.

”Cuando escucho que las relaciones requieren tanto trabajo me siento agobiada y cansada. El trabajo implica algo que tenemos que hacer. El trabajo contiene aspectos de control y jerarquía y, a menudo, luchas de poder y resentimiento. En el trabajo estamos limitados por reglas. En el trabajo podemos estar tratando de mostrar nuestra valía o incluso eclipsar a la otra persona”. Realmente suena agotador. Y con esto no te decimos que debas dejar tu relación si la vives enteramente como trabajo, pero sí que quizás debáis hablar y tratar de cambiar el rumbo. Tal como recuerda Cohan, “el juego es una boya en un mar agitado y un refugio al que poder acceder”. Tenéis que encontrarlo.