“¿Dónde te has dejado al novio?” “Se te va a pasar el arroz”: así es el ‘single shaming’ que tanto nos molesta

Los roles de género históricos son la causa principal de estas presiones sociofamiliares

Los tiempos están cambiando y afortunadamente cada vez menos mujeres jóvenes padecen ‘single shaming. Pero sigue ocurriendo, como habrán descubierto miles de ellas durante estas fiestas navideñas. En palabras de la periodista especializada en feminismo Erica Basso en el medio estadounidense Poosh, “es la temporada para que la familia te moleste acerca de tu vida amorosa”. Sí, con algo de suerte también fuiste interrogada sobre la universidad o sobre tu curro, pero el tema de que aún no tienes pareja salió a la luz. ¿El motivo? “Vivimos en una sociedad que nos dice que nuestro valor está definido por el estado de nuestra relación”. Continúa siendo la GRAN preocupación.

Interés egoísta de la familia

Por supuesto, los hombres también experimentan esta presión. Y lo hacen porque los miembros de las familias generalmente tienen interés en que se incorporen nuevas personas a la misma, lo que incluye tanto la potencial nueva pareja como los potenciales hijxs. Según la propia Basso, “la incorporación a la familia proporciona nuevos roles para que las personas experimenten”. No obstante, es evidente que esta presión es ejercida con mucha más intensidad sobre las mujeres que sobre los hombres, especialmente si estas se encuentran alrededor de los 30 años. Es entonces cuando la presión externa se justifica biológicamente con el martilleante discurso del reloj biológico.

Roles de género históricos

¿Pero por qué esta diferencia? Para Basso la respuesta está en los roles de género históricos que han fijado siempre que los hombres fueran valorados por sus fortalezas físicas para la protección y sus conquistas para el suministro de recursos y las mujeres por sus cuidados de los más vulnerables. De hecho, escribe, “las investigaciones muestran que el valor de un hombre aumenta a medida que envejece y aumenta su capacidad financiera, mientras que el valor de una mujer disminuye debido a la disminución de la fertilidad y al atractivo físico percibido”. Es muy fuerte, pero continuamos muy influenciados por esas perspectivas ancestrales. Queda todavía mucho camino por recorrer.

Consecuencias del ‘single shaming’

Y hay que recorrerlo cuanto antes. En primer lugar, por una cuestión de justicia social: “hoy en día, las mujeres tienen la oportunidad de ser seres dinámicos y obtener un propósito al cumplir muchos roles en la vida”. La función reproductora y cuidadora se les ha quedado extraordinariamente pequeña. Y en segundo lugar, porque esas presiones familiares y sociales “pueden llevar a las mujeres a establecer relaciones que no son saludables o directamente abusivas” solo para poder cumplir con lo que esperan de ellas. Está en todxs romper con esa dinámica y en particular en las generaciones más jóvenes que conformarán el mundo del mañana. Depuremos el pasado más vergonzoso.